Otoño en abril

Frío en las calles llenas de hojas ocres y crujientes. Voy en mi andar pausado, pisoteando buscando notas prohibidas.
Respiro hondo, y entierro entre mis ojos las lágrimas lascerantes que corroen mi piel en camino a esa nada.
He perdido mi voz, no he hablado en semanas, en realidad creo que pasaron meses. Desde que te fuiste no he querido ver a nadie, he desaparecido de todos.
No recuerdo la última vez que te hallé en mi sueños, creo que ya no está en mi memoria; te has convertido en pura melancolía. Ya no espero nada. El viento seco y helado de abril me llevará hasta quién sabe dónde, y yo solamente me dejo, como si fuera una pluma a merced de la más suave brisa.
Escribo en mi cabeza, con esa tinta invisible que crece en los pensamientos. Al llegar a la hoja de papel mueren como si su único fin fuera justo ese

4 comentarios:

CaboReyes dijo...

Bellas palabras las suyas y que cierta la experiencia de todo lo que mentalmente se escribe y que jamás madurará en un papel...

Etienne dijo...

Soy de salir a caminar para meditar, me gusta lo que provee el entorno para los derroteros de la mente en persecuciòn de una conclusión.
Pero en verano, ahora hace demasiado frío...
Lindo texto!

Besos!!!

Eleanor Rigby dijo...

Cabo Reyes: mil y una veces más se me perderán escritos maravillosos...pero disfruté escribiéndolos ahi..

Eleanor Rigby dijo...

Etienne: Yo, así camine de mi casa al trabajo me ando preguntando cosas, escribo, me reto... locura? capaz..

beso!!